¿A que huelen los átomos?
Instalación en la que el visitante puede adentrarse en las profundidades de la materia del grafeno, para poder percibir el color de los átomos que lo componen y su sonido análogo, despertándole así nuevas sensaciones olfativas.
Hablar del olor de los átomos es una labor compleja, ya que para que exista el olor, ha de existir previamente una determinada molécula, compuesta a su vez por átomos. Los átomos pueden ser percibidos a través del color de la luz que emiten y de su sonido análogo. De esta manera se genera un juego sinestésico en el que el color y el sonido pueden despertar sensaciones olfativas concretas.
¿Qué pasaría si fuéramos del tamaño de un átomo?, ¿cómo se ve, oye y huele la materia a esa escala? Una escala que en principio es invisible, se nos deviene como un refugio imaginario en el cual nuestra mente puede imaginar libremente, facilitando la realización de producciones cromático-sonoras para así, despertar nuevas percepciones a través del sentido del olfato.

Hugo Martínez-Tormo