Eulàlia VALLDOSERA
la panxa de la terra. fragment I
DIMENSIONES: 89 x 131 cm
TÉCNICA: fotografía con soporte de madera, protegida con lámina mate
EDICIÓN: 2/3
MODALIDAD: fotografia
El ombligo del mundo apesta
Fumar es una práctica que nos conecta con el instinto de nutrirnos. La única acción que el recién nacido realiza de forma instintiva es succionar. Huele el pecho de la madre, el cual, inducido por la presencia cercana del bebé, produce leche, que a veces vierte y derrama antes de que el pequeño llegue a prenderse del pezón. Fumar es, para quien lleva tiempo con este vicio, una acción compulsiva, mecánica, como cualquier otra manifestación de instinto. Es, a un mismo tiempo, una acción que implica pasividad; aunque parezca contradictorio. Fumar es un acto simbólico. El recién nacido no sólo se nutre de leche, sino de afectividad a través del contacto corporal con la madre. Los pulmones envuelven el corazón, y el humo inspirado y retenido momentáneamente lo calienta. Fumar también nos nutre afectivamente. Primariamente, instintivamente. A la larga, sin embargo, nos crea una necesidad más poderosa que este afecto que el humo ha tenido de calidez pasajera. Quien fuma se rodea de una nube deshilachada, ceniza volátil. Quien enciende un cigarrillo tras otro consume el tiempo. Actúa compulsivamente al querer detener el tiempo. Y de la acción sólo queda la ceniza, la colilla y un aroma.
Eulàlia Valldosera 2000
Exposiciones
Marzo - Mayo 2004- esencias8