El objeto deja de serse para ser otro, parte del fondo que se disgrega convirtiéndose en una figura extraña en una aleación de partes que se disgregan.

Objeto que quiere dar sentido a su entorno explicándolo con su olor: una extraña mezcla de la cara interna de la piel de una naranja y el aroma que desprenden ciertos productos químicos empleados para la limpieza, amalgamados con pegamento. El olor de las partes no nos explica el olor del conjunto, no recuerdo cómo olía el objeto, puedo imaginar como olía el estudio, los trozos con el paso del tiempo han perdido su aroma, en la caja donde les guardo, cierto a pintura y jabón se apoderó de la palabra «separar» para dejar muda.

María José Gómez Redondo