Me pregunto a qué huele Uruguay y voy a Las Delicias a ´Los Piratas´.

Cierro los ojos.

Amanece, mi tío Meme riega el césped recién cortado, huele a verde, a mañana.

Es verano, el viento trae una tormenta y salimos a mojarnos con el agua que cae por el tejado, la vereda caliente se entibia, huele a lluvia, a sudestada.

Con mi hermana resolvimos que todos los animales son nuestros amigos, los colibríes, los escarabajos, los grillos y las ranas, somos indios y saltamos entre los árboles de la cañada, la espuma blanca de la bahía plateada, nuestra piel huele a algas, a salitre atlántica, a resolana.

Llego a casa y mamá me levanta, huele a tierra, su piel me calma.

El sol se pone entre paredes blancas, baldosas moradas, mi abuela canta, Eugenia de Montijo, Tránsito Olasa, me habla del comienzo de su saga. Los ojos grises de Lala se hacen rosados y sonríe, niña consentida, huele a limpia, a alma blanca.

Es la noche, al fondo el bosque, pinos, lambercianas. Las flores de Virgilio, y el aljibe donde Abú plantó un jazmín, ella ahora nos guía en sueños, huele a cosmos, a galaxias.

Dicen que la patria es eso, un recuerdo de la infancia.

Para mi Uruguay huele a casa, a mi casa, ´Los Piratas´.

Martín Sastre