screening olfativo

Para la gran aventura de la vida, el ser humano ha sido dotado de cinco sentidos: vista, oído, tacto, gusto y olfato. Con ellos retenemos, conocemos, comprendemos el mundo que nos rodea: ver, escuchar, tocar, comer….
¡Pero en realidad el mundo se huele!
La vida huele: huelen las personas, los animales, las plantas, la comida y también las piedras; huele nuestro nacimiento e igualmente cuando llega la muerte.
Tenemos una percepción agradable o desagradable, que provoca placer o disgusto, según el olor que distinguimos. Este olor se une a una imagen que se guarda en nuestra memoria y que aparece en nuestra consciencia cuando un estímulo olfativo nos recupera algún recuerdo pasado.
Así los aromas tienen la capacidad de enlazar el presente con el pasado –por lo sorprendente de la aparición de un recuerdo –transportándonos a aquello vivido.
Por eso el sentido olfativo nos afecta tan profundamente –aun sin darnos cuenta –y nos llega a lo más íntimo de nosotros mismos. El olfato es el sentido mágico por excelencia.
El arte –asemejándose al funcionamiento olfativo –usa un lenguaje codificado que nos aísla de nuestra consciencia, siendo capaz de potenciar la armonía de los sentidos y trasladarnos a un espacio/tiempo distinto al actual.
Vamos a vivir esta pequeña experiencia, a través de ocho vídeos, los cuales mediante la imagen, el sonido, el texto que acompañada a cada uno y el aroma o fragancia que le sugieren al coleccionista, nos aran experimentar –si uno lo desea –algo que tal vez teníamos olvidado… ¡quién sabe dónde llegaremos!