Ni los olores ni los colores existen. Simplemente, hay partículas, átomos y moléculas que pueden crear ciertas reacciones en el medio y que nuestro cerebro interpreta. Así como en el mundo visual los colores se organizan a través de la escala de los Pantone, en el universo olfativo los olores se traducen en una tabla periódica derivada de la química. Los perfumistas y aromistas tienen un lenguaje propio para comunicarse, constituido por las llamadas notas olfativas. Cada nota está representada por un color que ayuda al creador en su composición: el olor, de naturaleza química, se construye a partir del color, una realidad de carácter físico y lumínico. Podemos afirmar que las notas olfativas son para el creador de esencias lo mismo que la paleta de colores para el artista plástico.
Algunas correspondencias:
ROJO: pasión, amor y también la violencia de la sangre. Se emplea en perfumería para caracterizar colonias serias y perfumes sofisticados.
AZUL: relajante y denota dulzura, frescor, alegría y nobleza. Típico en fragancias marinas.
VERDE: asociado al brote vegetal, es un color común al simbolizar naturaleza, vida y crecimiento. Usado en las colonias juveniles de componentes naturales.
BLANCO: romanticismo, sabiduría, pureza y limpieza. Utilizado en productos de belleza e higiene.
NEGRO: tristeza y elegancia. Se relaciona con la perfumería alcohólica (colonias y perfumes).
AMARILLO: el sol, la luz y la juventud. Las colonias familiares suelen ser de esta tonalidad. Su variante, el dorado, simboliza el lujo y el poder.