OLOR es un cuadro que trata de representar el olor.

El olor, junto con la música, son sensaciones totalmente abstractas. Sus representaciones en la pintura parecen evidentes que se deban reflejar en la abstracción.

La música y la pintura son parientes próximos. Existen infinidad de músicas con referencias a pinturas, e infinidad de pinturas basadas en partituras de músicas.

Pero, ¿y el olor y los olores?

Por algún mecanismo que desconozco el olor remite siempre a la imagen de la que procede, o bien a una sensación de recuerdo existencial.
El olor a jazmín transmite la imagen del jazmín, o a una noche determinada en un patio con jazmines, y no necesariamente a un color o a una forma.

Cuando vemos fotografías de personas sacando cadáveres días después de un terremoto, llevando mascarillas en sus caras, sabemos por esas imágenes que el olor está presente.
Por tanto, cuando me he propuesto pintar un cuadro sobre el olor, he llegado a la conclusión que para ser honesto con el tema tenía que utilizar un medio no abstracto que lo representara, y que a su vez el cuadro fuera abstracto. Es decir, una contradicción.
Para ello he recurrido a la palabra olor como la más definitoria posible. La palabra queda perdida como una tenue nube gris. A la derecha e izquierda del cuadro hay una escala de colores que podría representar escala de olores.
El resto son puntos y formas minúsculas que aletean en el espacio, ya que el olor es siempre compañero de la vida o la muerte.

Brinkman