Carles CONGOST
we can change the world III
DIMENSIONES: 130,5 x 109, 5 cm
TÉCNICA: impresión giclée
EDICIÓN: 1/5 + 1 PA
LUKE CAGE Y SUS RECUERDOS DE PAPEL VIEJO
Hablo de hace muchos años, a finales de los años setenta, cuándo mi hermano y yo esperábamos todos los mediodía a nuestra madre a la salida de la escuela, donde, en aquella época, aún daba clases.
A continuación, nos íbamos los tres a casa, menos los jueves que había mercado y ella acostumbraba a pasarse acompañada por sus dos chavales. En general, el ambiente que se generaba entorno a aquellas paradas llenas de ropa fea me parecía, ya entonces, espantoso; pese que mi padre, pintor paisajista y costumbrista de vocación local pero con un deje afrancesado –tal como solían describirlo; lo había representado ingenuamente una y otra vez en sus cuadros manchados con pinceladas pequeñas y nerviosas. Como digo, ninguna de aquellas paradas conseguía captar el interés del niño sonámbulo y fantasioso que era yo, ninguna excepto una: la de los libros y revistas de segunda mano. Pero desgraciadamente para mí y como era de esperar, a mi madre aquella parada de papel viejo era la que menos gracia le hacia. En primer lugar, porque yo, una vez delante, tenía tendencia a eternizarme, y como ella acostumbraba a recordarme: era tarde y quedaban cosas por hacer. Y en segundo lugar, porque mi madre era de la opinión que todos aquellos cómics y libros viejos, que tanto me fascinaban, provenían de personas que habían pasado largas temporadas en la cama; la cual cosa les presuponía un historial médico de lo más siniestro: gente que, una vez muerta, o, seamos benévolos, recuperada, se había visto obligada a deshacerse, como fuese, de toneladas de papel inútil que había acumulado durante su convalecencia.
En muchos casos, aquel montón de papelotes de tacto áspero que despendían un olor tan característico, como si se tratase de la recreación pagana de una biblioteca antigua, acogiendo todo tipo de sordideces y héroes marginales bajo la categoría de entretenimiento para adultos; escondían números atrasados y descatalogados de aquel cómic comprado en el quiosco de la feria, junto con el diario, un domingo cualquiera al salir de misa. Ejemplares de Luke Cage o de hija de Satán, que, fuese por higiene o fuese por su valor, tenían que ser hojeados con pinzas y que a mi me parecía que nunca más conseguiría volver a ver ni oler.
Carles Congost, 2010
(escrito entorno a la obra ‘We Can Change The World III’, 2009; que muestra una representación del héroe norteamericano de los años setenta, Luke Cage, en medio de un tornado de basura).
Exposiciones
Mayo - Septiembre 2011- olor. color