MANCILLA, M. - LÓPEZ, CH.

ciber-tartao d'amor I

  • AÑO: 1999
    DIMENSIONES: 5 piezas de 51 x 5 x 56,5 cm/conjunto: 73 x 47 cm
    TÉCNICA: acuarela, tinta metálica, acrílico y transfer de tonner negro sobre madera y cristal
  • Durante el proceso de configuración de la obra, muy rara vez se piensa en el olor, y menos si no se asume la importancia que éste concepto puede desempeñar en el discurso plástico.

    Pero esto no implica que no guarde una relación directa con la pieza construida. Más que directa, en este caso, podríamos llamarla omnisciente.

    Al repasar simbólicamente nuestro trabajo, podemos encontrar «el rastro del olor». Entiendo este casi como una huella. Como una sustancia que distingue los objetos, nuestros objetos artísticos.

    Quizás, para esclarecer este concepto, sería necesario rellenar folios y folios intentando conducir al espectador por ese sutil sendero, que entendemos de una forma tan especial. En todo caso, tanto si conseguiéramos acercarlo a lo que consideramos «olor» en nuestra obra como si no, desaparecería inmediatamente «el aroma de lo invisible». Es decir toda esa parte periférica del concepto «olor» donde quedaría impresa no sólo la esencia de la pieza sino la de quienes la han construido.

    … Todo es más complicado que el «olor» y esta pieza también. A pesar de que en ella, las cosas transcurren con bastante naturalidad.
    Su esencia es tan simple y tan compleja como el hecho de mandar cartas de amor a una persona querida y lejana.
    Los papeles expuestos son el contenido de una correspondencia real. Los dibujos que contienen son el imaginario íntimo de la persona distante.
    Este carteo puede considerarse la prolongación en el tiempo y el espacio de conversaciones y vivencias recordadas… a veces por el asalto fortuito de un aroma.

    » (…) Sólo de una página, y yo quiero leer más rato… necesito leer más tiempo cosas tuyas. Me acuerdo del olor de tu casa, que también es el de tu ropa. El otro día paseaba por una calle, bueno en realidad casi no es una calle porque uno de sus lados es el borde de la playa, de repente, me vino ese olor: aceite de linaza, esa colonia tuya de pimienta y papel viejo. No te cuento la de veces que pude pensar en el Choto…»

    Este origen del proyecto «Ciber-tartao d’amor»:

    «(…) Me he propuesto manipular tus cartas, ya lo hablamos. Pienso unir mis dibujos con los tuyos, actuando en la cara posterior de cada silueta.
    Mis dibujos van a aparecer como círculos concéntricos.
    Estoy pensando en aquella idea loca de «sólo uno».
    Voy a jugar con las simetrías, tu sabes que son dos imágenes, pero compositivamente sólo hablaremos de una, lo simétrico sólo será Uno»

    Ciber que somos nosotros, construimos esta pieza uniendo a la idea de «sólo uno» también esas emociones químicas que percibimos por la nariz.

    Marisa Mancilla – Chico López

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    - arte esencial